lunes, 30 de marzo de 2015

El conde Drácula nos señala el camino

(Advertencia: la siguiente publicación puede contener spoilers de Drácula. Si no has leído la novela y tienes intención de hacerlo es posible que leer esta entrada te arruine un poco la experiencia).

Las pasadas navidades fui obsequiado con una edición anotada de Dråcula, una suerte de biblia de la obra de Bram Stoker que recomiendo leer pasando de las anotaciones para que no salga un spoiler de la página a partirte la cara cada cinco minutos. Entre otras cosas, el libro incluye un apartado donde figuran los simbolismos e interpretaciones que han encontrado los distintos investigadores y estudiosos de la obra como por ejemplo Drácula como figura del anticristo por ofrecer la resurrección y vida eterna de una manera "diferente" a la del cristianismo; o el reflejo del racismo y rechazo a la inmigración de la Inglaterra victoriana, ya que Drácula no deja de ser un rumano que va a Londres a aprovecharse de sus mujeres. Como en la novela también hay mucha metáfora sexual, quiero aprovechar esta entrada para compartir mi opinión sobre el personaje del conde.

Aunque  me avergüence admitirlo, debo decir que, siendo un chavalín de dieciocho (o tal vez diecinueve) años, leí un libro llamado La ciencia de la seducción, de un tal Óscar Garrido. Si no me equivoco, ahora es más popular el nombre de Mario Luna, pero creo qu no hay mucha diferencia entre gurús de la seducción: pintan a la mujer como un animal al que se puede domar con patrones de comportamiento genérico e instan a los hombres a ganar confianza en sí mismos interpretando papeles y entrando a todo lo que se mueve (a veces rozando el acoso) con guiones y frases prefabricadas. El caso es que mientras leía Drácula no podía evitar acordarme de las escuelas de seducción.

¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues que el  Conde es el paradigma del macho alpha: Es viejo, excéntrico, violento y padece un problema de halitosis; sin embargo, causa un efecto hipnótico en las mujeres a las que ataca, las embruja. ¿Qué tiene Drácula que le hace irresistible y, por tanto, el hombre que  todos queremos ser? Yo os lo explico:

-Rocosidad: Según el libro, Drácula posee la fuerza de veinte hombres. Saber que puedes hundirle el pecho a cualquiera debe ser una gran fuente de confianza y seguridad.

-Actitud de líder: El Conde no sólo tiene el poder de controlar a los lobos, sino que además posee la capacidad de transformarse en uno. Es, literalmente, el líder de la manada, el macho alpha.

-Labia y adaptación al mundo de la noche: Esto se refleja en su transformación en murciélago, animal nocturno que  se vale de la ecolocalización para capturar a sus presas, metáfora de la  elocuencia del Conde.

-Culto y experimentado: Una de las ventajas de la inmortalidad (y de que no existieran ni la tele ni Internet en su época) es la cantidad de tiempo que le ha dado  a Drácula para cultivar su mente, aprendiendo idiomas, geografía y las costumbres de otros países de forma  autodidacta. Por otra parte, el Conde ha vivido guerras y ha visto reinos e imperios levantarse y caer. Dicho esto,¿qué creéis que prefieren las mujeres: un hombre ambicioso y proactivo que se ha atrevido a aprender, vivir y experimentar;o un tipo que se ha pasado toda la vida jugando a la consola y poniéndose fino a cubatas? Pues eso.

-Billetes: Propiedades en Londres, un castillo con tres vampiresas (equivalente victoriano al actual barcos y putas) y con una habitación llena de oro y plata al estilo de tío Gilito. El dinero no lo es todo, pero ayuda. También tiene título nobiliario, lo que hace que una mujer pueda sentirse muy cerca de ser una princesa de verdad.

Resumiendo, si queréis pasar de huelebragas a mojabragas, dejad de seguir a los gurús de la seducción  y fijáos en Drácula, que nos señala el  camino.

P.D.: El libro al final me pareció una mierda.

1 comentario:

  1. Me encanta como relacionas todo lo que pasa en el libro con la vida real con las metáforas xD creo que a nadie suele ocurrirían esas cosas

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